Otro de los oficios que adquirió gran importancia en el nuevo barrio de La Ribera fue el de carpintero, para atender a las peticiones que se recibían de construir barcos.
Las faenas pesqueras, en esta época, se enfrentaban no solo a las dificultades propias de las embarcaciones que eran muy rudimentarias, sino, además, a la piratería que azotaba estas costas y que suponía un importante peligro para la población.
La recién construida parroquia de Las Angustias, hoy uno de los edificios más significativos de Ayamonte, fue rodeada por un baluarte desde el que se podía divisar la desembocadura del río, por la que solían adentrarse los piratas.
La iglesia está situada en el centro de la ciudad, a pocos metros del río Guadiana. Su fachada, encalada, se levanta sobre una gradería que la hace más esbelta.
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